Einsten era muy sabio:
Un inoportuno, (siempre hay un inoportuno dispuesto a ejercer de tal) pidió en un tono poco amistoso a Albert Einstein que condensara en una fórmula el secreto del éxito. De cualquier éxito. En apenas unos segundos, Einstein le entregó un papel con la equivalencia:
A = X+Y+Z
Al ver la cara de sorpresa de su interlocutor, le explicó:
"- Esta es una fórmula muy sencilla, A es el éxito; X, el trabajo; Y, la suerte y... Z, el silencio"
jueves, 18 de octubre de 2007
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